El equipo de investigación tiene una amplia trayectoria en las líneas de investigación de género, salud y violencia de género, contando con una gran experiencia en el trabajo clínico con mujeres víctimas de violencia contra la pareja o expareja.
Asimismo, ha destacado su experiencia investigadora en el campo de la evaluación de secuelas neurocognitivas y su rehabilitación en pacientes que han sufrido daño cerebral adquirido como los traumatismos craneoencefálicos, ictus, enfermedades autoinmunes, o en procesos degenerativos como las demencias.
También tienen amplia experiencia en la evaluación de las alteraciones neurocognitivas en personas que viven en condiciones de vida difíciles, como ser víctimas de procesos traumáticos o conflictos armados, padecer abuso de drogas, o sufrir los efectos de la pobreza.
Dicho equipo ha participado en más de 20 proyectos de investigación nacionales e internacionales, cuyos resultados se reflejan en más de 100 publicaciones en revistas con alto índice de impacto, además de participar en multitud de conferencias sobre la temática.
Han obtenido además diversos premios de investigación, como el premio al mejor artículo científico técnico “Secuelas cognitivas en mujeres víctimas de violencia de género” (III Congreso para el estudio de la violencia contra las mujeres, 2012).
Miguel ha publicado más de 100 artículos sobre distintos problemas relacionados con el cerebro como el efecto de las drogas en el cerebro, los efectos que tiene sobre el cerebro, el hecho de desarrollarse en contextos de pobreza o de violencia relacionada con conflictos armados.
En los últimos años, se ha focalizado en aplicar los conocimientos de la neurociencia a al problema de la violencia de género en una doble aproximación: Por un lado, evaluar las secuelas neuropsicológicas de las mujeres víctimas de violencia y, por otro, intentar reducir la reincidencia de los maltratadores.
Sus principales líneas de investigación son la Neuropsicología de la Violencia de Género, Género y Salud, Neurodesarrollo, y Neuropsicología Transcultural, contando con más de 20 artículos en revistas nacionales e internacionales con índice de impacto y más de 60 contribuciones a congresos (poster, conferencias y comunicaciones orales).
Comenzó su trayectoria investigadora en 2013 en temas de la Neuropsicología y la Violencia de Género. Además, colabora en investigaciones sobre la Neuropsicología Transcultural con el laboratorio de Neuropsicología en la Universidad de Carolina del Norte Wilmington y la Valera lab en la Universidad de Harvard.
Ha desarrollado su trayectoria investigadora en el campo de la neuroimagen, diseñando y llevando a cabo estudios que utilizan principalmente técnicas de Resonancia Magnética, entre ellas análisis de imágenes funcionales y de conectividad funcional y estructural. Estos estudios han ayudado a entender mejor diversos problemas sociales como la obesidad, la drogadicción o la violencia de género.
Su formación predoctoral se centra en el estudio del Trastorno de Estrés Postraumático Complejo en víctimas y supervivientes de violencia de género. Además, forma parte del International Consortium Trauma y es colaboradora en el proyecto G-Stress.
Su investigación se centra en Neuropsicología Transcultural y en la relación entre la cultura y el cerebro. Colabora en la validación y adaptación de una batería neuropsicológica transcultural para su aplicación en diferentes países, así como en mujeres supervivientes de violencia de género.
Su principal linea de investigación es en Neuropsicología en Víctimas de malos tratos y su repercusión a nivel judicial. Neuropsicóloga Forense desde el año 2010 en procedimientos penales, civiles, sociales y de familia, interviniendo mayoritariamente en procedimientos penales y de violencia de género.
Desde 2015 su investigación se centra en la neuropsicología, neuroimagen y violencia de género. Específicamente, estudia las características neuropsicológicas y psicológicas (regulación emocional, moralidad, empatía, cognición social) y el funcionamiento cerebral en hombres maltratadores.